lunes, 6 de julio de 2015

MENEMISMO: LA LUCHA CONTRA LA PRIVATIZACION

Sobre nuestra historia: la lucha de los trabajadores de Canal 7/ ATC contra la privatización menemista

*Extracto del libro de Mariano Suárez y Ariel Bargach "Telam, el hecho maldito del periodismo argentino".


Canal 7
Las políticas privatizadoras del menemismo impactaron con fuerza en el mapa de los medios de comunicación. De hecho, la saga que perpetró el desmantelamiento de la estructura estatal se inauguró con la concesión de las licencias de los canales 11 y 13, el 22 de diciembre de 1989, en un proceso administrativo con final cantado.
Canal 7 atravesó aquella época bajo clima de tormenta. Su envergadura, su frecuencia y su caja fueron codiciadas y atacadas desde distintos frentes. Jacinto Gaibur, Mario Gavilán, Julio Ricardo López Batista, Gerardo Sofovich, Enrique Alvarez, Germán Kammerath y Horacio Frega manejaron sucesivamente la empresa pública que, con su complejidad, esmerilaba la carrera política de quien fuera designado a conducirla.
Los planes privatistas sobre Canal 7 no eran secretos. En enero de 1992, el secretario de Medios de Comunicación, Raúl Burzaco, anunció la intención de privatizar la emisora antes del final de aquel año. Y se justificó en que el presidente Carlos Menem pretendía “medios que fuesen completamente independientes” del gobierno. Como paso jurídico de ese proceso, se dictó el decreto 544/92, que autorizaba a transformar el canal en una sociedad anónima.
El plan privatizador se ensayó en varios momentos, pero acaso nunca con más fuerza que en 1995. El 28 de diciembre de aquel año un decreto dispuso el cambio de frecuencia del canal del 7 al 4, en una maniobra clara destinada a depositar el canal público en un lugar marginal habilitando al mismo tiempo el camino para privatizar la codiciada frecuencia del 7. El mismo esquema se siguió con Radio Nacional, que entregó su estratégico lugar en el dial a Radio 10.
El art. 5 del decreto 1022/1995 facultaba el entonces Comité Federal de Radiodifusión (COMFER) a llamar a concurso para la adjudicación de la licencia para la instalación, funcionamiento y explotación de una estación de televisión que se emitirá en la frecuencia de canal 7.
El flamante interventor del canal, Germán Kammerath, aseguraba: “El estado de ATC es crítico. El canal le cuesta al Estado cien millones de dólares anuales”.
La maniobra política, en tiempos de fortaleza de un gobierno que acababa de ser reelecto en las urnas, fue resistida por los trabajadores al calor de fervorosas asambleas y progresivas medidas de fuerza.
El gobierno redobló la jugada y el 6 de febrero de 1996 se abrió el concurso preventivo de ATC. Había que dejar “limpias” las cuentas del canal para privatizarlo sin ningún lastre para los nuevos licenciatarios privados. Varios interesados se mostraban como eventuales compradores. Sobresalía Julio Ramos, dueño de Ambito Financiero y de estrechos vínculos con el gobierno.
La resistencia de los trabajadores del canal se trasladó a la Justicia, donde los abogados de la UTPBA Carlos Negri y León Piasek pidieron la nulidad del proceso licitatorio con un sólido argumento legal: la ley 23.696, la llamada Ley de Reforma del Estado, obra de Roberto Dromi, excluía expresamente a ATC de la lista de organismos y empresas públicas que podrían ser privatizadas.
El derrotero en tribunales no fue fácil. La magistrada María Elsa Uzal, a cargo del Juzgado Comercial Nro. 26, exigió avales por 100.000 pesos para habilitar la procedencia de una medida cautelar, que se cumplió con la garantía que ofreció el actor y diputado radical Luis Brandoni, que entregó su casa como respaldo para obtener un aval del Banco Ciudad. Así consiguió interrumpirse el proceso privatizador.
Con ese espaldarazo, los trabajadores, conducidos por una comisión interna integrada por Jorge “Batata” Rodríguez, Eduardo Bernal, Hugo Fazio y Francisco Ali Brocuhoud, se fortalecieron en la resistencia.
El canal volvió a ser objeto de una avanzada privatista en 1998, sobre el final del gobierno de Menem (1). Se repitió el movimiento durante el gobierno de la Alianza UCR-FREPASO, en 2000, pero aquel intento se frustró, en buena medida, por un acto de resistencia en el que los trabajadores del Noticiero tuvieron un rol preponderante defendiendo los puestos de trabajo, los salarios y el archivo fílmico de la emisora.
Canal 7 continúa siendo un medio público.



1 Uno de los obstáculos que tuvo aquel intento fue una disputa con Uruguay que también reclamaba como propia la frecuencia de la onda 4 VHF banda baja, a donde se pretendía trasladar una señal pública luego de la venta de ATC.

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